Puente Illa de Arousa

El puente en A Illa de Arousa, historia de un pueblo

7 abril, 2015
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Lo que para unos es una simple obra, para otros se convierte en un bien de primera necesidad. Y esto es en lo que se convirtió el puente en A Illa de Arousa.

El puente es parte del paisaje arousano.
El puente es parte del paisaje arousano.

Las nuevas generaciones ven el visitar A Illa de Arousa como algo rutinario, que puedan entran y salir del municipio cuando y como quieran. Pero esto no ha sido siempre así, y si ahora se puede llegar a este municipio arousano en coche, bici, o cualquier otro vehículo gracias a el puente que lo une con el litoral vilanovés, hace no tantos años como la mayoría de la gente cree, el único modo de poder disfrutar de este lugar era en embarcación.

El hecho de que exista esta construcción tiene una gran importancia, que ha afectado al desarrollo de la vida cotidiana de los arousanos desde su inauguración, el 14 de septiembre de 1985. Aunque parezca una mera construcción más, la repercusión fue muy importante para A Illa de Arousa.

Pero para poder llegar a entender esto, es necesario situarnos en A Illa de Arousa antes de la construcción.

La vida en la isla

¿Se imaginan que el único modo de llegar a un lugar sea en barco? Suena paradisíaco verdad. Pero cuando afecta a factores como la medicina, el desarrollo industrial y económico de un municipio, entre otras cosas, la cosa se complica. Y todo esto sin tener en cuenta las inclemencias meteorológicas del invierno en As Rías Baixas cuando el único medio de comunicación es el marítimo. Pues bien, en A Illa de Arousa, hasta la inauguración del puente en 1985 esta era la tónica habitual.

Transito de los vehículos en el puente en A Illa de Arousa.
Tránsito de los vehículos en el puente en A Illa de Arousa.

En aquellos tiempos, el único modo de poder llegar al continente era en embarcación, que llevaban a los isleños a tierra bajo unos horarios a cumplir si querían llegar a destino. Daba igual el tiempo que hiciese, si llovía o el mar estaba bravío, la necesidad de poder llegar a tierra hacía de este una prueba contra el infortunio.

Con respecto a lo económico, el hecho de que todos los alimentos y materias primas necesarias para el desarrollo de un pueblo llegasen en barcaza, provocaba un aumento del coste notable. Además, en la mayoría de los casos resultaba muy costoso que los habitantes pudiesen realizar estudios superiores, puesto que el realizar todos los días este trayecto era inviable en la mayoría de las economías familiares.

Y qué decir de la electricidad. Aunque fuese el primer punto a conseguir de la lucha vecinal por tener un mínimo de bienestar, las instalaciones que se realizan, mediante tubos por debajo del mar, no tenían las condiciones necesarias para suministrar a todo un pueblo, por lo que eran constantes las faltas y cortes de suministro eléctrico que sufría el pueblo. Además, esta situación era aprovechada por los furtivos de lugar, que veían en esta, una herramienta ideal para andar a sus anchas a lo largo del litoral para realizar sus descargar de contrabando.

Por no hablas de la necesidad de asistir a un hospital. Las atenciones primarias se realizaban en la isla, pero la cosa se complicaba cuando hablamos de emergencias hospitalarias. En el caso de los partos, como peculiaridad, está que, en aquellos casos en  los que se producía en parto fuera del horario de la embarcación que se encargaba de realizar la ruta de A Illa de Arousa hasta el continente, estás mujeres se quedaban aisladas de la atención sanitaria necesaria para traer al mundo a sus hijos. Son muchos los casos en los que, gracias al buen hacer de los isleños que tenían embarcaciones debido a que se dedicaban al mundo del mar, se ofrecían para llevar a estas mujeres al otro lado y así ayudarles a que todo saliese bien.

Aun así, es necesario poner por delante el espíritu arousano, el carácter alegre de sus gentes que, a falta de medios como los que disponían el resto de municipios, ellos ponían todo de su parte para poder seguir adelante.

Tampoco debe pasar desapercibido que, aun estando la isla únicamente comunicada por mar, fue pionera en el mundo conservero, teniendo en su pueblo la primera fábrica de conservas de Galicia.

La luz, el puente y la segregación

Panorámica de el puente en A Illa de Arousa.
Panorámica de el puente en A Illa de Arousa.

Este era el lema que se crearon los lugareños en el año 1952, de la mano de la primera comisión vecinal del municipio. Su lucha era la de conseguir tres puntos básicos en la vida de los arousanos: disponer de instalación eléctrica; la construcción de el puente en A Illa de Arousa que los comunicase con el continente; y conseguir ser considerado un municipio propio, puesto que ese momento, y hasta el año 1995, formaba parte del ayuntamiento de Vilanova de Arousa.

Conseguido el primero, el puente fue una lucha constante en los años 70 con el movimiento Pro Puente, con reivindicaciones como el popular cartel sobre la construcción del puente ” El puente es la llave para 6.000 prisioneros”.

A este movimiento pro puente por parte de los arousanos, es necesario sumarle la gran labor que realizaron para que el proyecto del puente fuese adelante, José Antonio Gago Lorenzo, deputado arousano en las Cortes, y su compañero de escaño en UCD, Jesús Sancho Rof.

Fue con el primer gobierno democrático, en el año 79, cuando estos impulsores del puente reclamaron esta construcción para el municipio. Tres años después, con el nombramiento de Jesús Sancho Rof como ministro de Obras Públicas, se pudo llegar a la adjudicación de las obras que hicieron posible el puente.

Uno de los grandes inconvenientes con los que se encontraba “el diputado del puente”, nombre que recibió Antonio Gago por el apoyo al municipio, fue el coste de su creación. Desde la central lo veían como un alto coste para los 4.000 habitantes que por entonces tenía A Illa de Arousa, puesto que el valor en su momento fue de 6 millones de euros. Claro está, que estamos hablando del puente más largo de toda España en su momento, con 1.980 metros de largo. Además, se convirtió en una de las construcciones más modernas y de mayor calidad en su tipología.

Pero, ¿Por qué este apoyo por parte de Jesús Sancho Rof en la creación del puente? Como bien ha contado él, gracias a su amigo José Antonio Gago Lorenzo. El diputado arousano invitó un día a Sancho Rof a una comida, y aprovechó la ocasión para llevarle a conocer A Illa de Arousa. Pero la visita fue acompañada con un temporal, dado el mal tiempo, de modo que el ministro pudo comprobar en su propia piel por lo que tenían que pasar todas las personas que necesitaban y deseaban pasar al continente.

Construido sobre 38 pilares y con 12,5 metros de ancho, en el año 2010 se realizaron unas modificaciones y reparaciones en el puente, para reparar el paso de los años y hacer posible un carril bici para este municipio tan arraigado con el mundo del deporte.

La vida tras el puente

La construcción de esta infraestructura impulsó el crecimiento económico y social de A Illa de Arousa, el aumento demográfico, contando con más de 5.000 habitantes hoy en día, y del turismo, convirtiéndose en la llave para su desarrollo y la mejora en la calidad de vida de los arousanos, multiplicando por 20 su patrimonio.

Las mariscadoras trabajan en torno a las playas del puente.
Las mariscadoras trabajan en torno a las playas del puente.

Además, el puente en A Illa de Arousa ha ayudado para abrir las puertas de este bello municipio al resto de personas que, hoy en día, disfrutan de sus playas, siendo de las más reconocidas de la zona, y de sus festividades, realizando auténticas peregrinaciones para asistir a ellas, como sucede con el carnaval arousano, o las diversas fiestas gastronómicas que amenizan el verano, entre muchos de los encantos que guarda esta isla.

Un claro ejemplo del gran desarrollo que se ha producido tras la edificación del puente es que, si bien antes no tenía sucursal bancaria alguna, hoy en día sobrepasa la media gallega con siete sucursales. Otra peculiaridad es que los coches no eran vehículos compatibles para los isleños, existiendo solo el coche del médico que utilizaba para trasladarse de un hogar a otro y así realizar la asistencia. De este modo, eran algunos los que tenían un garaje alquilado en el pueblo de Vilanova de Arousa para guardar el coche que utilizaban para moverse por el continente. De este modo decir que el número de vehículos era igual a cero, mientras que hoy en día están en torno a los 3.000.

El efecto económico en el lugar fue muy notable, puesto que los precios de toda aquella mercancía que era necesaria transportar desde el continente tuvieron una bajada considerable, mientras que el puerto principal del pueblo, “O Xufre”, se convirtió en uno de los pioneros en la descarga de mejillón, gracias a su localización y buena comunicación para hacer llegar este bien tan apreciado de nuestras aguas.

Quizás muchos, al pasar por el puente vean solamente eso, un puente, pero son muchos otros los que ven el avance y la comunicación, el desarrollo y la liberación de no depender de un barco o del estado del mar, de poder abrir las puertas al mundo de A Illa de Arousa.