
Beneficios de las actividades al aire libre: cuerpo en movimiento, mente en calma
Los beneficios de las actividades al aire libre no se resumen solo en “hacer ejercicio”. Ni siquiera en “estar en forma”. Cada vez que sales a remar, a pedalear o a caminar por un sendero rodeado de mar y monte, algo cambia en tu cuerpo… y también en tu cabeza.
Llevamos años viendo ese cambio. Personas que llegan con la rutina pegada al cuerpo y que, tras una mañana entre agua y viento, se van distintas. Más tranquilas, más ligeras, más vivas.
Y no lo decimos solo por experiencia. La ciencia lleva tiempo demostrando que moverse al aire libre —especialmente en entornos naturales— tiene efectos directos en la salud física, emocional y mental. No hace falta ser un atleta, ni marcar tiempos. Solo estar ahí fuera. Conectar.
Beneficios de las actividades al aire libre sobre el cuerpo
Nuestro cuerpo está hecho para moverse. Y moverse al aire libre tiene efectos que van más allá de quemar calorías o mejorar la forma física.
Caminar por una playa, remar en la ría o hacer una ruta en bici activa el sistema cardiovascular, mejora la circulación y fortalece los músculos. Pero además, al hacerlo en la naturaleza, los niveles de oxígeno aumentan, el aire suele ser más puro y se estimula la vitamina D gracias a la exposición solar (aunque esté nublado).
El movimiento en terrenos irregulares —arena, caminos de tierra, agua— mejora el equilibrio, la coordinación y la propiocepción. Sin necesidad de forzar el cuerpo: solo moviéndote de forma natural, como se hacía antes.
Beneficios de las actividades al aire libre sobre la mente
El contacto con la naturaleza tiene un efecto casi inmediato sobre el estado de ánimo. Basta con dar unos pasos entre árboles o remar en silencio para notar cómo la mente se aquieta.
Estudios recientes han demostrado que las actividades al aire libre ayudan a reducir la ansiedad, el estrés y los síntomas de la depresión leve. Además, estimulan la concentración, la creatividad y el descanso mental. Es como si la cabeza tuviera también pulmones, y necesitara salir a tomar aire.
Ese efecto se multiplica cuando las actividades son suaves, sin exigencias, sin presión de resultados. Simplemente estar presentes en el entorno. Escuchar el sonido del mar, oler la sal, sentir el cuerpo en movimiento. Estar.
No hace falta ser deportista (ni tener experiencia)
Una de las grandes ventajas del turismo activo en la naturaleza es que no está pensado solo para gente entrenada. Cada día vemos cómo personas de todas las edades y condiciones disfrutan de actividades al aire libre adaptadas a su ritmo.
El objetivo no es llegar más lejos o más rápido, sino sentirse parte del lugar. Y eso puede lograrse paseando por la costa, haciendo snorkel por primera vez o pedaleando durante media hora entre marismas.
A menudo, quienes más disfrutan son quienes no lo habían hecho nunca.
La desconexión… es una forma de reconexión
Vivimos rodeados de pantallas, notificaciones, ruido, obligaciones. Salir ahí fuera, moverse, observar lo que te rodea… es una forma de volver a ti. De reconectar con lo básico. Con el ahora.
Por eso cada vez más personas encuentran en este tipo de experiencias algo más que ocio. Los beneficios de las actividades al aire libre también tienen que ver con el equilibrio personal. Con ese momento en el que dejas de mirar el reloj, y te das cuenta de que estás bien.
Algunas ideas para empezar (o repetir)
Si nunca has probado una actividad al aire libre y te apetece empezar, estas son buenas opciones:
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Ruta guiada en kayak por A Illa de Arousa: remar al ritmo del mar, observando la costa desde otra perspectiva.
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Paseo en bicicleta por el entorno del Carreirón: terreno fácil, entorno protegido y paisajes que cambian con la luz.
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Senderismo suave entre marismas y viñedos, con parada para observar aves o simplemente escuchar el viento.
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Bautismo de snorkel en aguas tranquilas: una forma única de descubrir lo que se mueve bajo la superficie.
Cada actividad se adapta al nivel del grupo. Y todas comparten lo mismo: contacto directo con la naturaleza, movimiento consciente y desconexión real.
No es solo salud. Es calidad de vida
Los beneficios de las actividades al aire libre no se miden solo en datos médicos. Se notan en el cuerpo, sí. Pero también en cómo duermes esa noche. En la risa que se te escapa en mitad de una ruta. En la calma que sientes al volver.
Por eso seguimos apostando por este tipo de experiencias: no solo porque nos gusta el deporte, sino porque creemos que moverse en la naturaleza puede mejorar la vida de las personas. Poco a poco, sin grandes gestos. Solo con aire, mar y movimiento.


