Una fotografía cargada de historia

Historia de la industria de A Illa de Arousa, las conserveras como motor económico.

21 abril, 2022
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La industria de la Isla de Arosa motor de la

economía local

La industria de la Illa de Arousa motor de la economía loca está condicionada por su privilegiada situación en la Ría de Arousa, rodeada de mar por todas partes al tratarse de una Isla hace que la vinculación con el mar sea inevitable que la industria local gire en torno al mar.

Las personas que vivían en la Isla de Arosa en la época del 1800 fue forjando su medio de vida a través de la materia prima que los rodeaban, el pescado y el marisco eran abundantes en la isla y provocó que sus gentes enfocasen sus vidas a la trasformación y tratamiento de los mismos.

Mujeres en la industria de la Isla de Arosa
Foto archivo Centro Interpretación de la Conserva . Diferentes fotografías de mujeres trabajando en la industria de la conserva en A Illa de Arousa.

EL PUEBLO DE LA ISLA EVOLUCIONA CARA EL MAR

Curiosamente quien sentó las bases para que el pueblo pudiese evolucionar y vivir del sector del mar fue un catalán llamado Juan Goday Gual, siendo pionero en la industria conservera en la que se transformarían los productos locales recolectados por las gentes de la Isla.

Goday comenzó en el 1843 apostando por construir en la Isla una fábrica de salazón de sardina, sus viajes a países como Francia le hacen descubrir nuevas técnicas para la conservación de alimentos y decide construir una fabrica de conservas justo al lado donde se encuentra ubicada la fábrica de salazón, de esta forma nace la primera conservera en A Illa de Arousa.

FABRICA DE GODAY
Fabrica de Goday en la que se desarrollaba la industria de la Isla de Arosa

Así en 1879 se pone en marcha la conservera sin una denominación clara hasta que en 1941 se implementa la denominación CONSERVAS Y SALAZONES GODAY, SOCIEDAD ANONIMA .

esta marcó un punto importante de inflexión de la historia y desarrollo de la industria de las conserveras en Galicia

En las conserveras se puso en marcha formas de trabajar innovadoras que sirvió de ejemplo para el resto de los sectores productivos tomando como referencia las mejoras implantadas en el sector.

LAS MAQUINAS COBRAN UN PAPEL IMPORTANTE EN LA INDUSTRIA DE LA CONSERVA
Sierra para cortar metales
Pieza colección Centro de Interpretación de la Conserva . Sierra utilizada para el corte de metal con el cual se fabrican las latas

Nuevas máquinas se encargan de facilitar el trabajo al personal que realiza labores de transformación del producto a diario en la fábrica haciendo que esta sea de forma mas rápida y así conseguir una mayor productividad y rentabilidad.

Maquina de vapor
Pieza colección Centro de Interpretación de la Conserva. Maquina de vapor mono cilíndrica del 1879

Era la encargada de proporcionar fuerza motriz al resto de la maquinaria de la fábrica a través de un árbol general de transmisión y por medio de un sistema de poleas.

Tenia entre 30 y 40 cv de potencia y solo se podía poner en marcha con una caldera encendida.

Diez poleas de madera eran las encargadas de transmitir la fuerza al resto de maquinaria y también a un árbol secundario del que dependían el conjunto de máquinas de cierre o surtidoras.

Maquinas en el museo de la conserva
Piezas colección Centro de Interpretación de la Conserva. Diferentes tipos de máquinas que se usaban en la elaboración de las conservas
Matrices Litográficas
Piezas colección Centro de Interpretación de la Conserva Matrices para la elaboración de las etiquetas de cada marca de conserva

 

 

 

 

 

 

 

En esas incorporaciones cobra gran relevancia la forma de producción estilo Nantes, en el que la sardina se freía antes de ser enlatada y eso hacia que su calidad aumentase.

LA CATEGORIA DEL PRODUCTO

Tal era la categoría del producto gallego y nivel de innovación y modernidad que lo convirtió en revolucionario.

Así con este modelo innovador desde Galicia una empresa familiar paso a ser proveedora de la casa real por requerimiento de Alfonso XII el cual llegó a conocer de primera mano las instalaciones en una visita en A Illa de Arousa realizada en el año 1881.

Latas y latones de conservas
Piezas colección Centro de Interpretación de la Conserva Diferentes tamaños de latas de conserva

Con El tiempo nuevas conserveras abren sus puertas dando trabajo a la gente local y estas son algunas de ellas:

Guillan de Dios, Alvarellos, Dumas, Hermanos López Valeira, Otero, Lucha, Rial, Komaira, Vliaret, Dardo.

Como toda industria esta llegó a tener altos y bajos pues su producción dependía de las capturas de los diferentes pescados y mariscos que se enlataban.

Si las capturas eran escasas esto condicionaba los enlatados y posteriores ventas.

Etiquetas de las latas de conserva
Pieza colección Centro de Interpretación de la Conserva Etiquetas utilizadas por cada marca de conservas para potenciar su imagen
LA CRISIS LLEGA AL SECTOR DE LA CONSERVA

En 1940 la crisis de la sardina fue una de las causas que provocó el movimiento obrero en la Isla, incluso llegando a intervenir las fuerzas de seguridad para evitar episodios violentos.

El descontento laboral no impidió que siguiesen abriendo fábricas, el movimiento agrarista liderado en la mayor parte de Galicia por el párroco Basilio Álvarez.

Defensor del abolicionismo de los foros de la tierra, este movimiento unió a marineros y campesinos creando una sociedad llamada “Amigos del Pueblo de la Isla de Arosa

 

EL PROTAGONISMO DE LA MUJER ES FUNDAMENTAL

La mujer en la salazón pasa a tener un papel principal en A Illa de Arousa, habitualmente los hombres se encargaban de capturar la materia prima.

Ellas eran las encargadas de descargar los barcos y llevar la captura hasta la salazonera donde se procedía a su tratamiento y limpieza.

 

Salazón del museo de la conserva
Zona en la que se salaba el producto como método de conservación
EL MARISQUEO DE A ILLA DE AROSA FACTOR CLAVE PARA LA INDUSRIA

En el 1889 nos indica la importancia del sector del mar en Arousa, el marisqueo a pie llevado a cabo por mujeres, marisqueo a flote llevado a cabo por hombres.

El sector secundario como carpinteros, atadores eran minoritarios pero importantes para el desenvolvimiento del sector.

La Isla de Arosa al ser un espacio reducido no tiene un sector terciario excesivamente diverso, comerciantes, sirvientes, jornaleros con un número de habitantes que apenas supera los 2000.

MUJERES Y NIÑAS COMPARTEN TRABAJO

Un punto a destacar es la temprana incorporación de la mujer en la industria conservera pues este ejército de mujeres y niñas que desde bien pequeñas.

Se les sacaba de la escuela trabajaban de sol a sol, con manos entumecidas y cuerpos helados por el frio conseguían ganar algo de dinero que aportaban al núcleo familiar para el sustento de la familia.

Mesa de empaque en la fabrica
Fotografías de archivo del Centro de Interpretación de la Conserva. Lugar en el que desarrollaban la labor de empaque del producto en las latas

Con siete u ocho años daban servicio a sus madres y cuando iban creciendo se convertían en auxiliares, con cajas debajo de sus pies conseguían llegar a las mesas de trabajo.

Esto lo sabemos de boca de alguna de estas niñas que hoy nos cuentas su historia, la de su niñez vivida en la fábrica.

Hace un año un proyecto audio visual llamado Memorias en Conserva recoge el testimonio de un grupo de mujeres que narran como era su día a día en la fábrica, a que años comenzaron a trabajar.

 

Una fotografía cargada de historia
Fotografías de archivo del Centro de Interpretación de la Conserva. Un día de trabajo en la fábrica de conservas de Goday

Una de las anécdotas que nos llama la atención es la vivida por Elvira, nativa de la Isla de Arousa, cuando entró por la conservera la primera vez le preguntaron si sabía escribir.

A sus 13 años a lo que ella contestó que sí. el encargado lo primero que le contestó fue: Pues entonces toma una escoba y ponte a barrer.

Grupo de mujeres en la fábrica de conservas
Fotografías de archivo del Centro de Interpretación de la Conserva.. Grupo de mujeres de A Illa de Arousa a la salida de la jornada laboral .

DE NIÑAS A MUJERES EN UN SUSPIRO

El echo de estar trabajando en la fábrica las convertía en mujeres muy pronto y el echo de ganar algo de dinero en esa época hacía que tuviesen un poquito de independencia económica pues la mayoría del sueldo se quedaba en el núcleo familia.

Mujeres en la cinta transportadora
Fotografías de archivo del Centro de Interpretación de la Conserva. Trabajos en la cinta que trasporta el producto

Era un trabajo combinado con las labores de la casa, con labores de labranza incluso con el marisqueo a pie.

Salían con las botas puesta de casa y el sancho al hombro, al finalizar la jornada llevaban las capturas al hombro o a la cabeza durante 8 o 10 km.

Allí el comprador hacía acopio de lo que habían capturado, después de su venta se iban de nuevo a la fábrica a seguir trabajando.

LA LLAMADA AL TRABAJO MÁS ORIGINAL

La llamada a la fábrica se oía en toda la Isla, eso indicaba que había que incorporarse al trabajo y todo el mundo sabía lo que tenía que hacer antes que hubiese una jornada laboral estructurada, en esta época llegaban a trabajar unas doce horas diarias.

Trabajos manuales en la fábrica
Fotografías de archivo del Centro de Interpretación de la Conserva. Trabajos en las balsinas de la fábrica de conservas.

La elaboración de productos perecederos hacía que hubiese excepciones a la hora de poder trabajar más horas de las habituales para que el producto no se perdiese, eso hacía que las jornadas fuesen siempre más largas trabajando por las noches o incluso en domingos.

Filas de mujeres con tinas a la cabeza desde el Muelle de Pau llenas de carbón y sal eran el día a día, cuando un barco llegaba con pescado unas avisadoras eran las encargadas de avisar a las demás para la organización de los turnos de trabajo.

 

LAS VETERANAS DE LA FABRICA SE ENCARGABAN DE LA FORMACIÓN.

Las veteranas de la fábrica eran las encargadas de transmitir los conocimientos y la formación a las más niñas, estas empezarían a cobrar los primeros sueldos cuando comenzaran a hacer bien los trabajos que se les encargaban.

Si bien era las protagonistas no eran las mejores remuneradas, menos de la mitad del sueldo de los hombres, gracias a la lucha obrera se fue equilibrando.

Para que estuviesen centradas en el trabajo y no se despistaran hablando las mandaban cantar mientras trabajaban, incluso los días de fiesta las dejaban salir diez minutos a bailar y vuelta al trabajo.

A día de hoy a penas quedan algunas Fabricas en pie, pero la huella que dejaron en La Isla de Arosa.

Formarán siempre una parte importante en la historia del pueblo y el museo de la conserva es un buen lugar para visitar si deseas ampliar tus conocimientos en la industria turística del pueblo.

Agradecimiento al museo de la Conserva de A Illa de Arousa por el permiso a tomar fotografías en su interior y al editorial de la Diputación de Pontevedra por imágenes procedentes del libro A Illa de Arousa un percorrido no tempo.

 

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